GERARDO PIÑA ROSALES DEFIENDE LA

PALABRA EN LA PRESENTACIÓN

DEL LIBRO ESPAÑOL O ESPANGLISH

 

por

 

Jorge Ignacio Covarrubias

Miembro Correspondiente de la ANLE

(Associated Press)

 

 

     El director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Gerardo Piña Rosales, asumió una encendida defensa de la palabra durante la presentación del libro Español o Espanglish: ¿Cuál es el futuro de nuestra lengua en los Estados Unidos?, de Maricel Mayor Marsán, en el Centro Cultural Español de Cooperación Iberoamericana, en Miami.

     «Nuestras palabras españolas, como seres vivos, como organismos vitales que son, nacen, viven se multiplican y mueren algunas para siempre, pero otras resucitan al soplo del poeta, faro iluminador de la conciencia de un pueblo», dijo el polígrafo español.

     «Es cierto —agregó en el encuentro del viernes 27— pues las palabras, como organismos vivos que son, no sólo tienen sonido, sino también color, sabor, olor. Hay palabras que alimentan como hay palabras que envenenan. Hay palabras impronunciables, palabras que nos resuenan dentro, que nos asaltan como ladrones en el silencio de la noche, que nos desvelan, que nos angustian, que nos atosigan, que nos acongojan».

    «Pero hay palabras, también, que brotando impulsivas, rientes, alborozadas, del hontanar alegre de nuestro corazón, nos iluminan, nos guían, y, a la postre, nos salvan», sentenció Piña-Rosales.

     El director de la ANLE desgranó su poético alegato en defensa de la riqueza de idiomas universales como el español y en inglés ante la amenaza de un espanglish que se interpone entre ambos.

     Piña Rosales presentó el libro conjuntamente con la prologuista y editora Maricel Mayor Marsán, quien explicó que la obra había sido producto de varias mesas redondas efectuadas a partir del 2004 con algunos de los más altos exponentes de la creación literaria, la crítica y la lingüística, entre ellos Odón Betanzos Palacios, que falleció el año pasado después de casi tres décadas al frente de la Academia Norteamericana.

     Varios miembros de la ANLE, todos ellos residentes en el área miamense, asistieron a la presentación: Beatriz Varela, Marco Antonio Ramos, Joaquín Badajoz y Orlando Rossardi. Estuvieron también presentes el cónsul de España en Miami Santiago Cabanas Ansorena, la cónsul de Colombia en Miami Carmenza Jaramillo, y otras personalidades de la cultura, la política y las artes.

     El libro, que según Piña-Rosales «por su variedad y calidad de contenido se convertirá en un referente necesario a la hora de estudiar las peculiaridades del español en Estados Unidos», enfoca el problema del espanglish desde distintos puntos de vista, desde la lingüística hasta la economía pasando por la sociología y la filosofía.

     «Pienso que el espanglish es un problema temporal y todo vendrá a su cauce normal cuando nuevas generaciones de hispanohablantes en Estados Unidos reconozcan y aprecien la bendición del bilingüismo, al saber y comprender que un bilingüe vale por dos», fue el comentario del recordado Betanzos Palacios en uno de los debates incluidos en la obra.

     En su intervención recogida por el libro, el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua, Humberto López Morales, dijo que la mayoría de las opiniones de los expertos tiende a afirmar que «el espanglish lo manejan quienes no saben bien ni español ni inglés».

     Y ante el desafío que plantea el espanglish, la periodista Olga Connor dijo que «el verdadero reto es insertar ese estilo de hablar de modo consciente en una gran novela en español. Habrá que ver quién se atreve. Entonces sí será una variedad del castellano, como lo es hoy el argentino, el chileno y el mexicano».

     El director de la ANLE consideró «esencial que los educadores sean conscientes de la necesidad del estudio de lenguas en los

Estados Unidos, de la importancia del mantenimiento de la lengua materna y de las estrategias políticas y administrativas capaces de conseguir esos fines».

     Y fiel a su prédica manifestada en todos los foros a su alcance, Piña-Rosales declaró que la mayor o menor corrección de la lengua española en Estados Unidos, acosada por el inglés, dependerá del acceso a la educación que tengan las generaciones más jóvenes de hispanos.

     Con una salvedad. «No se puede esperar que la gente tenga conciencia lingüística cuando malvive en un medio hostil, en el que ha de luchar a brazo partido para asegurarse su supervivencia y la de los suyos», concluyó.

 


 

 

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